Se aproximan las festividades navideñas, un período en el que experimentamos casi de manera mágica un despertar de solidaridad, empatía, optimismo, compromiso y alegría en tan solo 14 días. Durante este breve lapso, nos resulta más fácil proyectar estos sentimientos hacia nosotros mismos y, sobre todo, hacia los demás.
Sin embargo, existen personas que no solo canalizan estas expresiones de manera continua a lo largo de los 365 días del año, sino que también se entregan por completo a aquellas personas menos afortunadas. Efectivamente, me refiero a los voluntarios en todo el mundo, y de manera especial, a nuestros más de 60.000 voluntarios telefónicos en 30 países, que trabajan durante los 365 días del año para lograr un mundo más digital, humano e inclusivo. Todos, héroes anónimos, sin capa, ángeles sin alas. Personas sumamente generosas que dan de forma silenciosa, sin esperar recompensa, y que, cuando reciben, lo hacen con profundo agradecimiento, sin olvidar nunca.
Siempre he sostenido que en la vida no hay que ser modesto, hay que ser honesto, y cuando alguien realiza acciones altruistas en beneficio de los demás, especialmente de aquellos menos favorecidos, tienen todo el derecho, a pesar de la humildad que caracteriza a los voluntarios, de proclamar al mundo que son personas excepcionales, maravillosas, fantásticas, verdaderos ejemplos a seguir, y como digo yo cariñosamente, unos monstruos.
Con estas palabras, quiero expresaros mi sincero agradecimiento y admiración por ser quienes sois, por hacer lo que hacéis y por la forma en que lo hacéis. Gracias, muchas gracias de corazón por existir.
Inspiración Diaria: Las Seis Frases que Transforman el Voluntariado
Frecuentemente, al realizar una acción de manera repetida, la automatizamos y la normalizamos, perdiendo así la conciencia de su importancia. Este fenómeno también se manifiesta en el voluntariado, donde se llevan a cabo buenas acciones de manera tan habitual que se llegan a normalizar, perdiendo de vista el inmenso valor que realmente tienen y aportan. Esto no debería suceder, ya que es crucial, como voluntarios, recordaros a vosotros mismos quiénes sois y lo que hacéis. Es una herramienta motivacional y una forma de reconocer que os merecéis ese reconocimiento. Por esta razón, LaRanaGaspar, (que también es voluntaria a su manera), nos recordará a través de siete Frases Inteligentes (que NO ingenuas) cuáles son nuestros valores fundamentales como voluntarios, además de regalarnos un título muy especial.
Una cosita, veréis que las frases me las digo a mí mismo, no por ego o protagonismo, sino por dos razones fundamentales. La primera es mi firme convicción de que no soy quien, para aconsejar a nadie. Segundo, al expresarlas hacia mí mismo, logro que, al ser leídas por otros, no se sientan directamente aludidos, permitiéndome así lograr un impacto más significativo en la persona.
El Verdadero Honor: Ganar el Título de ‘Buena Persona’ en la Práctica Diaria
Cada vez se habla más de los beneficios de ser voluntario, y algunas personas pueden llegar a pensar que ser y practicar el voluntariado es todo un mundo de maravillas. Nada más lejos de la realidad. Ser voluntario implica un esfuerzo personal significativo, vivir una vida en momentos tensionados y enfrentarse a situaciones muy difíciles, complicadas y dramáticas, e incluso en según qué voluntariados, poner en riesgo tu propia vida.
Las adversidades a las que te enfrentas como voluntario pueden afectar tu autoestima, haciéndote sentir emocionalmente abrumado, como un billete arrugado. En esos momentos, es crucial recordar dos cositas. Así como un billete arrugado o dañado no pierde su valor, tú tampoco pierdes tu valía como persona, ni mucho menos como voluntario. Y es el momento de abrazar y poner en valor la práctica de tus valores, de mirarte en el espejo y decirte a ti mismo: eres un monstruo, eres fantástico, eres una buena persona, y no deberías sentir vergüenza al reconocer todo el bien que haces a otras personas. Esta es la forma de volver a levantarte y, como digo yo, tirar «paaaaalante como los de Alicante”.
El Acto Egoísta más Noble: Ser Voluntario y Recibir en Abundancia
El voluntario no nace ni se forma; ser voluntario es una elección que brota del corazón y, con el tiempo, se convierte en un estilo de vida. Al adentrarnos en el voluntariado, creemos que somos los que damos, y ciertamente lo somos. Sin embargo, también somos receptores. De hecho, ser voluntario es una de esas experiencias donde siempre, siempre, siempre recibes inmensamente más de lo que entregas. Y aquello que recibes te ser más y mejor persona: un mejor padre, un mejor amigo, un mejor hermano, etc. Te otorga una sensación de paz, llena tu vida de plenitud y te infunde un renovado sentido de ilusión y felicidad. Por todos estos beneficios afirmo que ser voluntario es el acto de entrega más egoísta que existe. No obstante, es crucial señalar, como mencioné anteriormente, que el voluntario es humano y, como tal, experimentará momentos críticos y situaciones adversas. Aun así, también es cierto que desarrollará una capacidad innata, y superior a otras personas, para levantarse de nuevo y tirar «paaaaalante como los de Alicante”.
Más Allá del ‘No Tengo Nada que Hacer’: El Verdadero Sentido del Voluntariado
Los voluntarios poseemos una notable habilidad para equilibrar nuestros deseos y metas personales con nuestro compromiso voluntario. Organizamos y gestionamos nuestro tiempo de manera que ambos aspectos encuentren su lugar en nuestra vida. Considero que el tiempo es la materia prima de la vida; no se «tiene», se gestiona.
Algunas personas ofrecen su tiempo a las ONGs de la siguiente manera: «Tengo libre los viernes de 12 a 14 y los sábados de 10 a 12 porque no tengo nada que hacer». Esto es un inicio magnífico. Sin embargo, aquellos que adoptan el voluntariado como un estilo de vida deben ser hábiles en priorizar su tiempo, sabiendo que a veces tendrán que sacrificar momentos de descanso, restar tiempo a sus seres queridos y ceder en sus deseos personales. El voluntariado no está reservado para aquellos que no tienen nada que hacer, sino para aquellos que tienen mucho por hacer en beneficio de los demás.
Compañeros de Camino: La Profundidad de la Solidaridad
La solidaridad y la caridad, aunque relacionadas, son conceptos distintos, ambos positivos. Mi hijo Pelayo me preguntó sobre la diferencia entre ambos conceptos y se me ocurrió: Imagina que en tu escuela hay un compañero con dificultades para comprender las lecciones. La caridad sería ayudarle en una tarea específica o darle algunos consejos para mejorar en un tema particular, brindando apoyo en ese momento. Por otro lado, la solidaridad va más allá. En lugar de simplemente ofrecerle ayuda puntual, podrías comprometerte a estudiar juntos regularmente, compartiendo conocimientos y aprendizaje mutuo.
La caridad a menudo surge en situaciones de crisis, como las que vivimos hoy, donde muchas personas realizan donaciones puntuales de dinero. Dar una moneda a alguien en la calle es un acto de caridad que implica una dinámica vertical, donde uno se encuentra en una posición supuestamente mejor que el otro.
En cambio, la solidaridad se centra en acciones generosas y sostenibles a largo plazo, buscando transformar la vida y la comunidad de personas desfavorecidas desde la raíz del problema. Siempre implica una perspectiva horizontal, reconociendo la igualdad y dignidad de todas las personas.
Voluntarios: Verdaderos Líderes, Sin Títulos Ni Fama
Vosotros, voluntarios, sois auténticos líderes en la sociedad. Vuestra dedicación, altruismo y capacidad para liderar a través de la acción, sin esperar reconocimiento ni recompensa, os convierten en ejemplos notables. En contraste con aquellos que ostentan títulos de liderazgo, los voluntarios demuestran autenticidad y nobleza en su labor, evidenciando que el verdadero liderazgo no siempre requiere un título, sino un compromiso genuino con el bienestar de los demás.
Vosotros, líderes desconocidos, ofrecéis valiosas lecciones sobre la verdadera esencia del liderazgo, basada en la acción desinteresada y el servicio a la comunidad. Vuestra dedicación habla mucho de vosotros y de vuestra calidad humana. Marcáis la diferencia en vuestro círculo de relaciones humanas, entre vuestros amigos. Vuestra capacidad para comprometeros con los demás y vuestra gran ambición de crear un mundo mejor y más solidario son evidentes. No solo dais, sino que también recibís, aprendéis y establecéis nuevas relaciones más humanas. En definitiva, os enriquecéis como personas al crecer en valores.
Hasta la próxima compis espero que esta cosita de LaRanaGaspar haya podido aportarte algo de luz… graaaaaaaaaaaaaaaaaaaande abrazote 💚🐸
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