Algo que me encanta es presentarme de una manera que realmente transmita quién soy en una sola frase, pero sin caer en la superficialidad o la ingenuidad. Es curioso cómo, en nuestras interacciones cotidianas, cuando nos presentamos, tendemos a limitarnos a compartir nuestro nombre y nuestra ocupación laboral, como si eso fuera suficiente para definirnos por completo. Pero ¿es realmente así?

MUCHO MÁS QUE UN NOMBRE Y UNA OCUPACIÓN

La verdad es que pocas personas se detienen a reflexionar sobre quiénes son en realidad. Hace algunos años, decidí embarcarme en ese viaje introspectivo y descubrí que fue una de las mejores decisiones que he tomado. No solo me permitió presentarme de manera más auténtica y profunda, sino que también me ayudó a entender mis valores fundamentales, reconocer mis fortalezas y ser consciente de mis áreas de mejora. Además, me sirvió para recorrer mi vida, reflexionar, darme cuenta de donde estaba, a donde quería ir y si efectivamente andaba por el camino correcto.

Cuando me presento, no me limito a decir simplemente mi nombre y mi ocupación. Prefiero compartir una visión más completa de mí mismo:

«Me llamo Gaspar, una persona optimista (que NO ingenua), humano (que NO mamífero), con tres zonas de influencia donde aporto mi granito de arena para hacer un mundo más y mejor: familia, ocio y profesional”.

Sé que esta forma de presentarme puede sorprender a algunas personas. Puedo ver la expresión de incredulidad en sus rostros, como si estuvieran pensando: «¿Quién es este tipo?». Sin embargo, también percibo la chispa de curiosidad en sus ojos, el deseo de conocer más sobre mí y comprender mejor quién soy en realidad. Y eso es algo que valoro enormemente.

Detrás de esta presentación hay muchas horas de introspección, de cuestionamientos profundos y de honestidad brutal conmigo mismo. Me ha llevado tiempo y esfuerzo llegar a comprender quién soy realmente, y qué quiero lograr en la vida. Pero todo ese proceso ha sido invaluable en mi camino hacia la autenticidad y la plenitud personal.

Por eso, quiero animar a todos a que os toméis el tiempo necesario para reflexionar sobre vuestra propia identidad. No os conforméis con definiros con vuestro nombre y trabajo. Profundizar en quiénes sois realmente, en lo que os mueve y en lo que os define como individuos únicos. Os aseguro que el viaje vale la pena, y los resultados serán verdaderamente enriquecedores. ¡Ánimo a todos en este camino de autoconocimiento y autenticidad!

DESCIFRANDO LA SINGULARIDAD HUMANA: MÁS ALLÁ DE NUESTRA NATURALEZA MAMÍFERA

Desde mi particular manera de presentarme, surge la inspiración para escribir este artículo. A menudo, me encuentro con personas intrigadas que me preguntan: «¿A qué te refieres con humano (que NO mamífero)?». Y es entendible que surja la interrogante, ya que, en esencia, todos nosotros somos mamíferos. Sin embargo, más allá de nuestra clasificación biológica, existen aspectos que nos distinguen y definen como seres humanos, aunque no siempre seamos conscientes de ello ni lo pongamos en práctica en nuestra vida diaria.

De entre todos los aspectos que distinguen al ser humano del resto de mamíferos, como nuestras características físicas, nuestra capacidad de razonamiento, empatía, consciencia, entre otros, quiero centrarme en aquel que considero crucial. Es aquel que no solo nos separa del resto de mamíferos, sino que también es el factor más importante para vivir una vida auténticamente plena y significativa.

LA BÚSQUEDA DEL PROPÓSITO: EL MOTOR DE LA EXISTENCIA HUMANA

Es frecuente escuchar la afirmación de que es el amor y la búsqueda de la felicidad los elementos que nos diferencian de otros mamíferos. Sin embargo, al profundizar en la naturaleza de nuestra existencia, nos damos cuenta de que esta percepción no captura completamente la complejidad de nuestra experiencia como seres humanos. Es innegable que, al igual que nosotros, otros mamíferos también buscan afecto y bienestar emocional en sus vidas.

La vida, en su esencia, se convierte en un viaje compartido entre humanos y otras especies, en el que todos buscamos, de una forma u otra, la realización emocional y el sentido de pertenencia. Este anhelo de amor y felicidad nos une en un nivel fundamental, conectándonos con el tejido mismo de la existencia.

Sin embargo, lo que realmente distingue al ser humano va más allá de estos impulsos básicos. Nuestra singularidad radica en nuestra capacidad única de encontrar un propósito significativo en nuestras vidas. Es esta búsqueda de propósito lo que nos impulsa a trascender los límites de la mera supervivencia y a alcanzar niveles más elevados de realización personal y colectiva.

Al identificar y comprometernos con nuestro propósito, nos embarcamos en un viaje de autodescubrimiento y crecimiento constante. Este propósito puede manifestarse de muchas formas: puede ser la dedicación a una causa noble, la realización de un talento creativo, o la construcción de relaciones profundas y significativas. Sea cual sea su forma, nuestro propósito nos brinda un sentido de dirección y significado que enriquece cada aspecto de nuestra existencia.

Al trabajar en la realización de nuestro propósito, no solo creamos un impacto positivo en el mundo que nos rodea, sino que también experimentamos una profunda satisfacción y plenitud interior. Descubrimos que somos capaces de dejar una marca duradera en el tejido de la realidad, y que nuestras acciones tienen un significado que va más allá de nosotros mismos.

En última instancia, es esta capacidad de encontrar significado en nuestras vidas lo que nos distingue como seres humanos. Somos seres dotados de una profunda necesidad de trascendencia, una necesidad que nos impulsa a buscar un propósito más allá de nuestra propia existencia. En este viaje de autodescubrimiento y crecimiento, nos encontramos con nuestra verdadera naturaleza y nos convertimos en la mejor versión de nosotros mismos.

Hasta la próxima compis espero que esta cosita de LaRanaGaspar haya podido aportarte algo de luz… graaaaaaaaaaaaaaaaaaaande abrazote 💚🐸