Dos Españas que NO motivan

Siento tristeza, rabia e impotencia cada vez que escucho de una u otra manera que mi país, está dividido en dos Españas. Dos Españas que nada aportan al bien común de todos los españoles. Dos Españas que reviven viejas heridas. Dos Españas enfrentadas. Dos Españas que se acentúan más y más en las campañas electorales, y desde hace unos años, parece que estemos en campaña electoral todos los días y a todas horas.

Estas dos Españas que me hacen ver, solo me motivan (y creo que también a muchas personas) a dar un PASO ATRÁS en la responsabilidad que me toca de aportar mi granito de arena en la recuperación social, política y económica de España.

La falta de liderazgo y la división política: claves para entender las dos Españas

Es cierto que vivimos unos momentos donde estamos faltos de auténticos buenos líderes, con una clara vocación de servicio hacia los demás, motivadores, ejemplares, empáticos, capaces desde la prudencia y la discrepancia cooperar, ayudar y llegar a acuerdos que sustenten decisiones necesarias para dar respuesta a los graves problemas a los que nos enfrentamos, por el bien común de todo un país. Pero cuando hablo de líderes, también me estoy refiriendo a ese liderazgo de servicio que, como personas, TODOS deberíamos poner en práctica, desde dentro hacia fuera, y empezando por liderar nuestro propio proyecto de vida.

La España que sí motiva: ¿por qué no la vemos con tanta frecuencia?

De corazón y sin ánimo de molestar a nadie, estoy cansado de las dos España que una y otra vez me hacen ver… NO, NO, NO e infinitas veces No… Yo veo a esa España que hace unos años fue declarada por diferentes organismos internacionales como el mejor país del mundo para nacer. Una España que según The Economist tiene un nivel democrático muy por encima de países como Francia e Italia. Un país solidario que lo demuestra con nuestro liderazgo mundial en donación y trasplantes de órganos. Un país con empresas referentes a nivel mundial en sus sectores. Un país con un patrimonio universal solo por detrás de Italia y China. Un país que cuenta con muchos deportistas que han llevado al deporte español a lo más alto. Y qué decir de la historia, el clima y el paisaje, las fiestas, el folklore y el arte cuya riqueza es evidente. Y una gastronomía que nos eleva a la segunda cocina mundial… esta es mi España. Un pueblo con un ADN especial que a lo largo de la historia ha demostrado estar muy por encima de las adversidades, somos trabajadores, alegres, emprendedores, pioneros, líderes… solo hace falta que nos lo creamos, y no es fácil, porque la personas ruidosas ya se encargan de lanzarnos bombas de humo para que sigamos viendo esas dos Españas enfrentadas.

Las dos Españas que YO VEO

De las dos Españas que YO VEO, por supuesto que NO INCLUYO a las personas que no tienen sus básicos cubiertos y están pasando AUTÉNTICOS DRAMAS, y tienen todo el derecho de mundo a QUEJARSE… y espero de corazón que más pronto que tarde puedan aceptar sus circunstancias, someterlas y reencaminar de nuevo su proyecto de vida.

Existen dos Españas, no la de derechas o de izquierdas, no la progresista y la conservadora, no la católica y la anticlerical, no la de ricos y la de pobres, no la vencedora y la vencida, no la roja y la azul, sino una formada por personas que con sus básicos cubiertos son ruidosas, gritan, crispan, insultan, son interesadas que no interesantes, confunden valor y precio, no respetan ninguna otra opinión que no sea la de los suyos, se quejan del mundo mundial, culpan a unos y a otros del origen de sus problemas, chapotean en el estercolero de la mediocridad, se mueven en ambientes y realidades superficiales y gastan más tiempo y energías en hablar de los problemas que en afrontarlos. Y una segunda formada por personas que con sus básicos cubiertos son silenciosas y han decidió someter a las circunstancias, no someterse a ellas, por muy contrarias que estas sean. Que intentan ser su mejor versión todos los días, cumpliendo con su deber, siendo empáticos y capaces desde la prudencia y la discrepancia de cooperar, ayudar, llegar a acuerdos e influenciar positivamente en su zona de control: familiar, ocio y profesión.

La España SILENCIOSA

Pienso que en esta segunda España estamos más del 70% de la población, pero actuamos con un abrumador y aplastante SILENCIO, y quizás futuras generaciones no los podrán recriminar. Recientemente ha fallecido Jesús Quintero, uno de los iconos del periodismo de este país, una voz culta, informada y sensible. Nadie puede negar que El loco de la colina jugaba como nadie con los silencios largos, de tal manera que casi siempre conseguía sacar al entrevistado la información que quería. Como él decía, el silencio es a veces la única respuesta… y me pregunto:

¿Cómo podríamos canalizar el abrumador silencio de todas estas personas silenciosas para que se escuchara en toda España y contagiar cada día a más y más personas ruidosas?

Los TRES JARDINES que todos deberíamos regar

Luis Galindo, una persona a la que admiro (aun sin conocerla), grita a los cuatro vientos: como pueblo necesitamos creérnoslo, ilusionando nuestro entorno familiar, laboral y de ocio, es lo que él llama nuestros tres jardines (zona de influencia). Una zona que nos permite llenar de pasión nuestra vida, de ilusión el trabajo bien hecho, de calidad nuestro ocio, de esperanza nuestro futuro, de agradecimiento para con los demás, impregnando de disfrute y amor todo lo que hacemos. Y a eso yo le añado, con optimismo inteligente (que NO ingenuo), que con la suma de pequeños esfuerzos repetidos todos los días por todos nosotros en nuestros tres jardines, el éxito lo tenemos garantizado, o NO… pero como digo yo, si no tiramos “paaaaaaalante como los de alicante”, seguro que nada cambiará.

Todos los españoles tendríamos que REACCIONAR

Pues esta es mi reflexión sobre España, mi país. Y puedo estar equivocado… pero cualquier persona independientemente de su condición social, laboral y/o económica puede, y debería andar por la vida, siendo la mejor versión de sí mismo. Y, sobre todo, olvidándose de aquellos que decidan seguir por las tinieblas de la mediocridad. Y si aún sigues pensando que tú eres demasiado pequeño como para marcar la diferencia en tus tres jardines, intenta dormir esta noche con un mosquito en la habitación.